¿Quien no ha escuchado alguna vez
aquello de que las low cost son tan
baratas porque, una vez en el aire, paran los motores de los aviones para
ahorrar gasolina? La irrupción de Ryanair en el panorama aéreo ya estuvo
vinculada al tema del combustible desde el principio, aunque fuese a través de
bulos poco creíbles como este.
Esta semana se ha desvelado que el
pasado 26 de julio tres vuelos de esta compañía solicitaron un aterrizaje de
emergencia en Valencia por falta de combustible. ¡Pánico! ¡La compañía low cost llega a poner en peligro a sus
pasajeros con el único objeto de ahorrar! La confederación de consumidores
Ceaccu denuncia los hechos y el Ministerio de Fomento abre una investigación.
Los medios llevan la noticia a sus portadas y se extiende la
alarma…
¿Cómo pueden los ejecutivos de Ryanair
jugar con la seguridad?, se pregunta la gente.
¡Calma! Las cosas, de momento, no
parecen ser tan alarmantes. Vayamos a los hechos.
Los tres aviones de Ryanair tenían como
destino Madrid, pero el Aeropuerto de Barajas los desvió a Valencia por una
tormenta eléctrica, que viene a ser una tormenta con rayos y truenos. Una vez en
Valencia, que tampoco es que quede al lado, los aviones estuvieron sobrevolando
la ciudad, según explicó Michael O’Leary
en una entrevista en El Mundo, 50, 68 y 69 minutos, respectivamente. Y, también
según la propia Ryanair, una vez en tierra los aviones todavía disponían de
combustible para 30 minutos de vuelo, unos 480 kms. más de
vuelo.
Si esto se confirma, los aviones tenían
combustible para volar unas 2 horas más de las previstas en condiciones normales
para llegar a su destino. Teniendo en cuenta que esta compañía no hace
recorridos transoceánicos, a simple vista, y desde un absoluto desconocimiento
del tema, tampoco parece que la actuación de Ryanair haya sido tan
irresponsable.
Curiosamente, Sunday Times publicó el
pasado domingo que existe un plan de eficiencia de Ryanair en el que se obliga a
los pilotos a repostar la cantidad mínima necesaria para cumplir su plan de
vuelo y cualquier exceso debe ser justificado por escrito. Para que los aviones
pesen menos y gasten menos carburante.
Por su parte, la compañía asegura que
todos sus vuelos operan con los niveles de combustible exigidos por Boeing y por EASA (Agencia Europea de Seguridad
Aérea). Esto incluye el combustible necesario durante el rodaje en la pista,
ruta, desvíos y el combustible en caso de
imprevistos.
Esperemos que la investigación explique
pronto si efectivamente los aviones contaban con los niveles de combustible
exigidos, porque esta polémica ha hecho un flaco favor a la compañía líder en
vuelos low cost en Europa, que
seguramente pronto contraatacará con una política de precios irrisorios.
Y lo peor de todo, es que podría tener un efecto contraproducente, porque los pilotos serán más cautos a
la hora de solicitar un aterrizaje de emergencia por el gran perjuicio que
acarrea a las compañías que así lo hacen. A ver si por ser prudentes, ahora se
les acusa de temerarios.
¿Vais a dejar de volar con Ryanair por
esta noticia?
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